La piel de los niños es muy delicada y, al estar tantas horas bajo el sol, es muy importante protegerla. Te damos unas recomendaciones que puedes seguir para proteger a tus hijos en verano:
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Evitar la exposición al sol en las horas de mayor calor. De este manera los protegemos de los golpes de calor.
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Usar protección solar. La piel de los niños necesita un escudo, y se debe usar crema solar de alta protección para el cuerpo y para la cara.
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Usar una gorra, sombrero o sombrilla. La cabeza de los niños es muy vulnerable al sol y al calor, por lo que hay que protegerla.
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Beber mucha agua. En verano es más fácil que un niño pueda sufrir deshidratación. De ahí que sea tan importante que consuman mucho líquido. Si no es agua, puedes probar con batidos o zumos de frutas naturales, gazpacho, frutas como la sandía o el melón…
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Usar gafas de sol. La vista de los más pequeños sufre mucho, por lo que es recomendable usar gafas de sol con protección ultravioleta.